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  2. La guía secreta de la Hermandad de la Daga Negra
  3. Capítulo 66
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enseñando los colmillos.

Pero, claro, tal vez los perros todavía estaban royendo los huesos del último visitante que habían convertido en picadillo.

CAPÍTULO 28

‡ ‡ ‡

—Hola —dijo John con señas.

—Hola.

John dio un paso atrás para dejar seguir a su amigo.

—¿Cómo vas?

—Desearía ser fumador. —Pensó que así podría postergar lo que le esperaba mientras se fumaba un cigarrillo.

—Pero no lo eres. Odias el tabaco.

—Cuando esté frente al pelotón de fusilamiento creo que voy a reconsiderar eso.

—Cállate.

CAPÍTULO 28

‡ ‡ ‡

Qhuinn repasó las posibles respuestas en rápida sucesión: «No, claro que no, el cuchillo se movió por voluntad propia y en realidad yo estaba tratando de detenerlo… No, sólo quería afeitarlo… No, no pensé que cortarle la yugular a alguien pudiera causarle la muerte…».

CAPÍTULO 28

‡ ‡ ‡

—John quiere que te quedes aquí.

Qhuinn clavó los ojos en el rey.

—¿Qué?

—Ya me has oído.

—Pero tú no puedes permitirlo. No hay manera de que me quede aquí.

Al oír eso, Wrath frunció el ceño.

—¿Perdón?

—Eh… lo lamento. —Qhuinn cerró la boca y se recordó que el hermano era el rey, lo cual significaba que podía hacer lo que le diera la gana, incluso cambiarle el nombre al sol y a la luna, si quería, u ordenar que la gente lo saludara metiéndose el pulgar por el culo… o aceptar bajo su techo a una escoria como Qhuinn, si tenía ganas.

En el mundo vampiro, el rey tenía carta blanca.

CAPÍTULO 28

‡ ‡ ‡

Mientras miraba a su amigo, Qhuinn decidió que no estaba dispuesto a contarle que iba a ir a la cárcel y después quedaría bajo la custodia de los padres de Lash, para ser torturado por el resto de sus días.

—Ah, no tan mal.

—Estás mintiendo.

—No.

—Estás blanco como la leche.

—Hombre, ayer me operaron, ¿recuerdas?

—Venga, por favor. ¿Qué está sucediendo?

—Para serte sincero, no tengo ni idea…

CAPÍTULO 28

‡ ‡ ‡

—Tienes lo que llamo «cara de síndrome masculino». Que es la cara que pones cuando estás pensando en tu macho y, una de dos, o quieres darle una patada en el culo o quieres abrazarlo hasta que no pueda respirar.

CAPÍTULO 28

‡ ‡ ‡

Pero las mansiones estilo Tudor enclavadas en un jardín perfectamente cuidado no quedaban bien con la puerta principal abierta hacia la noche. Era como si una chica estuviera exhibiendo el sostén en su primera fiesta, debido a un fallo de su guardarropa.

CAPÍTULO 29

‡ ‡ ‡

—Gracias —dijo Qhuinn, al tiempo que V le aplicaba un poco más de ese ungüento y sentía la tinta fresca sobre la piel—. Muchas gracias.

—Todavía no lo has visto. No sabes si te escribí «imbécil» ahí atrás.

—No. Nunca dudaría de ti —dijo Qhuinn y le dedicó una sonrisa al hermano.

Vishous esbozó una sonrisa y por su cara dura y llena de tatuajes cruzó una expresión de aprobación.

—Sí, bueno, no eres de los que se acobardan. Los que se acobardan son los que terminan con marcas muy feas. Los que se mantienen firmes obtienen los mejores tatuajes.

CAPÍTULO 30

‡ ‡ ‡

Qhuinn sacó una chaqueta ligera de su morral y pareció absorto en sus pensamientos por un momento. Cuando dio media vuelta, ya tenía otra vez esa sonrisita del que cree que se las sabe todas.

—Tus deseos son órdenes para mí, mi príncipe.

—No me llames así.

Mientras se dirigía a la salida, John le envió un mensaje a Blay, con la esperanza de que su amigo apareciera en algún momento. Tal vez si lo presionaba bastante, Blay cedería.

—Entonces, ¿cómo debo decirte? —dijo Qhuinn, al tiempo que saltaba para abrirle la puerta con una reverencia—. ¿Preferirías, «mi señor»?

—Déjame en paz, ¿quieres?

—¿Y qué tal esa vieja expresión de «amo»? —Al ver que John sólo lo fulminaba con la mirada por encima del hombro, Qhuinn se encogió de hombros—. Está bien, entonces te llamaré cabezón. Pero es tu culpa, yo te di otras opciones. Hice lo que pude.

CAPÍTULO 30

‡ ‡ ‡

—¿Quieres que te abra la puerta? —dijo Qhuinn con ironía cuando apagó el motor.

John lo miró de reojo.

—Si digo que sí, ¿lo harías?

—No.

—Entonces, por favor, ábreme la puerta.

—Maldito seas. —Qhuinn se bajó del asiento del conductor—. Me estás dañando la diversión.

John cerró la puerta y sacudió la cabeza.

—Sólo me encanta que seas tan manipulable.

—Eso es lo que tú te crees.

—Como quieras.

CAPÍTULO 34

‡ ‡ ‡

—Cuánto tiempo sin verte —dijo el ángel.

—No lo suficiente.

—Tú siempre tan hospitalario.

—Escucha, General Electric —dijo Rehv al tiempo que parpadeaba—. ¿Te molesta bajar un poco la intensidad de tus luces de discoteca?

El resplandor se fue atenuando hasta que Lassiter se hizo normal. Bueno, normal para alguien con una seria afición por los piercings y aspiraciones de convertirse en el patrón oro de algún país.

Trez cerró la puerta y se quedó detrás, como una amenazadora presencia muda que decía «ángel o no, si le haces algo a mi amigo, te muelo a palos».

—¿Qué te trae a mi propiedad? —dijo Rehv, mientras sostenía la taza con las dos manos y trataba de absorber el calor del café.

—Tengo un problema.

—No puedo arreglar tus problemas de personalidad, lo siento.

Lassiter soltó una carcajada que resonó por toda la casa como el tañido de campanas de iglesia.

—No. Me gusto mucho tal como soy, gracias.

—Tampoco puedo corregir tus delirios.

—Necesito encontrar una dirección.

—¿Y acaso tengo cara de guía telefónica o de callejero?

—Tienes una cara horrible, para serte sincero.

—Siempre tan amable. —Rehv terminó su café—. ¿Qué te hace pensar que voy a ayudarte?

CAPÍTULO 42

‡ ‡ ‡

—Hijo de puta —susurró Wrath, al tiempo que la figura se detenía a unos veinte metros de ellos.

El hombre resplandeciente soltó una carcajada.

—Vaya, vaya, pero si no es otro que el buen rey Wrath y su banda de payasos. Os juro, chicos, que deberíais hacer espectáculos para niños, con toda esa alegría que os caracteriza.

—Genial —farfulló Rhage—, el maldito todavía conserva intacto su sentido del humor.

Vishous suspiró.

—Tal vez yo pueda arreglar ese problema.

—Y usa su propio brazo para hacerlo, si puedes…

Wrath los fulminó con la mirada y los dos guardaron silencio.

El rey sacudió la cabeza y se dirigió a la figura resplandeciente.

—Ha pasado algún tiempo. Gracias a Dios. ¿Cómo diablos te encuentras?

Antes de que el hombre pudiera responder, V soltó una maldición.

—Si tengo que escuchar toda esa mierda de «Yo soy Neo», al estilo Keanu Reeves en Matrix, mi cabeza va a explotar.

—¿No será más bien Neón? —intervino Butch—. Porque él me recuerda a los anuncios luminosos.

CAPÍTULO 49

‡ ‡ ‡

Después de un momento, Wrath se volvió hacia John.

—Este es Lassiter, el ángel caído. Una de las últimas veces que estuvo en la Tierra, hubo una plaga en Europa…

—Está bien, pero eso no fue culpa mía…

—Que acabó con dos tercios de la población humana. La llamaron la peste.

—Me gustaría recordarte que no te gustan los humanos.

—Huelen muy mal cuando se mueren.

—Todos vosotros, los mortales, oléis mal.

CAPÍTULO 49

‡ ‡ ‡

—A la mierda —dijo Vishous entre dientes.

—Haré como que no lo he oído —murmuró Lassiter.

CAPÍTULO 49

‡ ‡ ‡

Mientras estaban en eso, se disparó la alarma de incendios que había en la escalera y que tenía un pito tan estridente que te hacía desear ser sordo.

Phury soltó una carcajada y se bajó de encima de Cormia, mientras la apretaba contra su pecho.

—Cinco… cuatro… tres… dos…

—¡Peeeeerdónnn! —gritó Layla desde el pie de las escaleras.

—¿Qué fue esta vez, Elegida? —le respondió Phury.

—Huevos revueltos —gritó ella.

Phury sacudió la cabeza y le dijo a Cormia en voz baja:

—Curioso, yo pensé que habían sido las tostadas.

—Imposible. Ayer se cargó la tostadora.

—¿De veras?

Cormia asintió con la cabeza.

—Trató de calentar un pedazo de pizza en la tostadora. Y ya te imaginarás lo que pasó con el queso.

—¿Quedó por todas partes?

—Por todas partes.

Entonces Phury gritó:

—Está bien, Layla. Puedes lavar la sartén y volver a intentarlo.

—No creo que la sartén se pueda usar más —fue la respuesta.

—No pienso preguntar por qué —dijo primero en voz baja y luego subió la voz y agregó—: ¿Pero no es de metal?

—Debería.

CAPÍTULO 57

Los hermanos en el muro

Los hermanos en el muro de mensajes

C

uando comenzó la aventura de publicar estos libros, en septiembre de 2005, no tenía idea de lo populares que se iban a volver. Tampoco sabía nada sobre Internet. Ni siquiera sabía que existían los Yahoo! Grupos, o que los muros de mensajes eran un canal que podían utilizar los autores para conectarse con sus lectores, o que los blogs y las reseñas on line eran tan importantes.

Sólo cuando salió Amante eterno, en marzo del 2006, comencé a pensar en el tipo de presencia que quería tener en Internet. Establecí un Yahoo! Grupo y comencé un muro de mensajes. Ahora, cuatro años después, tenemos miles y miles de lectores en los dos sitios y hemos conformado una buena comunidad de amigos.

Naturalmente, los hermanos se presentan de vez en cuando en el muro de mensajes y, para mí, una de las mejores cosas acerca de sus visitas es la manera como se involucran los lectores. Mientras se desarrolla la conversación, cualquiera que sea, los Cellies (como se autodenominan los entusiastas miembros del muro de mensajes) meten la cucharada, añadiendo sus comentarios (¡y acciones!). No saben la cantidad de veces que termino riéndome a carcajadas, no sólo por lo que los hermanos están haciendo, sino porque los lectores los siguen muy de cerca.

A continuación he incluido sólo unos cuantos de mis momentos favoritos y no es ninguna sorpresa que Rhage se encuentre en el centro de muchas de estas bromas entre amigos. Tengan en cuenta que, cuando los hermanos visitan el muro de mensajes, lo hacen durante la historia que yo estoy escribiendo en ese momento, de modo que siempre voy por lo menos un libro por delante de donde están los lectores, así que cuando se burlan de V por enamorarse de Jane, el libro que acababa de salir era en realidad Amante confeso. Por otra parte, algunas veces se puede ver a los hermanos frente a sus ordenadores, y en ocasiones es posible que las situaciones deriven en acciones concretas. Por último, he sacado los comentarios de los Cellies y he cambiado un poco el contenido para que tenga sentido fuera de contexto, pero ustedes pueden disfrutar de los hilos en todo su esplendor en los muros de mensajes de la Hermandad de la Daga Negra, que se encuentran en www.jrwardbdb.com/forum/index.php.

Tiempo libre de Vishous

4 de mayo de 2006

RHAGE

Diez principales cosas que hace Vishous cuando no está combatiendo:

10. Mirar al techo, mientras desea en secreto tener a alguien como Mary.

9. Beber Goose.

8. Pensar para sus adentros: «Joder, si sólo me cruzara con alguien como Mary».

7. Beber más Goose.

6. Liarse un cigarrillo.

5. Garabatear en un papel: Vishous + (espacio en blanco) = Felices para siempre.

4. Arrojarle algo a Butch.

3. Preguntarse si algún día tendrá la suerte de dormir junto a alguien como Mary.

2. Cortarse esa horrorosa perilla que tiene.

1. Rezarle a la Virgen Escribana para que algún día le conceda el amor verdadero.

Creo que eso es correcto. Ah, excepto que me faltó decir que se pasa el tiempo gruñendo y mirando mal…

CELLIE

Ya veo cómo se quieren los hermanos… No sé, Rhage, he oído cosas sobre… ah… sobre los hábitos de V… ¿No crees que eso puede asustar a muchas mujeres?

RHAGE

Francamente, yo creo que él las hipnotiza. Me refiero a que ¿quién en su sano juicio se prestaría voluntariamente para esa mierda? En especial con un tipo que tiene una jeta tan horrible como la de V… con pelos alrededor de la boca.

WRATH

Ya sabes, las cuchillas de afeitar no son tan caras. Si tiene con qué comprarse todos esos ordenadores, yo creo que podría pagarse una Mach 5. Pero, claro, tal vez necesite algo más fuerte… algo con mayor potencia. Nota para mí: decirle a Wrath que

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