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  2. La guía secreta de la Hermandad de la Daga Negra
  3. Capítulo 54
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shellan de Tohrment, que le traiga un vestido. Beth le dice que lo ama y hacen el amor.

Esa noche, los hermanos se reúnen en la mansión. Beth conoce a Wellsie, una pelirroja encantadora, y enseguida se hacen amigas. Marissa aparece y a Beth le divierte ver cómo Butch parece ser víctima de un grave caso de amor a primera vista por la delicada rubia. Wrath decide celebrar la ceremonia en su habitación y los hombres despejan el lugar. Beth y Wellsie ayudan a Fritz a preparar la comida y Beth se maravilla al ver lo natural que le resulta todo. Se siente como si formara parte de esta gente, aunque sus tradiciones son un poco extrañas. Mientras lleva un rosbif al comedor, Beth observa a Fritz, que está sirviendo una bolsa grande de sal en un plato de plata. Cuando está a punto de preguntarle para qué es la sal, Wellsie le dice que es hora de cambiarse de ropa. Los hombres ya están listos abajo.

Beth se pone un vestido largo blanco y sigue a Wellsie escaleras abajo a la habitación subterránea. Cuando entra a la habitación, ve a Wrath vestido con una túnica negra de satén y pantalones. Los hombres están formados en línea y llevan una ropa similar, con una peligrosa daga colgando de cinturones engastados con piedras preciosas. Butch y Marissa también están allí, al igual que Fritz, el mayordomo. Wrath le sonríe desde detrás de sus gafas oscuras. Tohrment se le acerca y le dice que harán todo lo que puedan para que ella pueda entender. Ella hace un gesto de asentimiento. Tohrment le pide a Wrath que se adelante y se dirige a ella. Este macho pide que lo aceptes como tu hellren, dice Tohrment. ¿Lo aceptarás como tuyo si es digno? Sí, dice ella, y le sonríe a Wrath. Entonces Tohrment se dirige a Wrath. Esta hembra considerará tu propuesta. ¿Demostrarás tu valor ante ella? Lo haré, dice Wrath. ¿Te sacrificarás por ella? Lo haré, repite Wrath. ¿La defenderás contra aquellos que quieran hacerle daño? Lo haré, repite Wrath. Tohrment da un paso atrás y sonríe. Wrath la abraza y la besa. Beth lo rodea con sus brazos y siente como si hubiese llegado a casa.

Pero luego Wrath se aparta. Se abre el cinturón de la túnica y se la quita, dejando expuesto su torso desnudo. Wellsie se acerca a Beth por detrás y la toma de la mano. Todo va a ir bien, susurra Wellsie. Sólo respira conmigo y no te preocupes. Beth mira a su alrededor alarmada, al tiempo que Wrath se retira las gafas y se arrodilla frente a sus hombres. Fritz trae una pequeña mesa sobre la que hay una jarra y la fuente de plata que Beth lo había visto llenar arriba.

Tohrment se pone de pie frente a Wrath. ¿Cuál es el nombre de tu shellan? Ella se llama Elizabeth, dice Wrath. Tohrment desenfunda la daga y se inclina sobre la espalda desnuda de Wrath. Beth deja escapar una exclamación de horror y trata de abalanzarse sobre ellos, pero Wellsie se lo impide. Te estás casando con un guerrero, susurra Wellsie. Así es como ellos hacen las cosas. Pero esto está mal, exclama Beth. No quiero que él… Wellsie la interrumpe. Déjalo demostrar su honor frente a sus hermanos, le dice con insistencia. Él te está entregando su cuerpo. Ahora es tuyo. Beth forcejea, mientras repite que no necesita que Wrath haga eso para demostrarle su valor. Pero así es como es él, dice Wellsie. ¿Tú lo amas? Sí, dice Beth y cierra los ojos. Entonces tendrás que aceptar sus tradiciones, responde Wellsie.

Uno por uno, los hombres de Wrath dan un paso adelante y le hacen la misma pregunta, antes de desenfundar su daga e inclinarse sobre su espalda. Cuando terminan, Tohrment acerca el plato de sal y la sirve en la jarra. Luego lava la espalda de Wrath y le seca la piel con una tela inmaculadamente blanca. Tohrment toma la tela, la enrolla y la pone dentro de una caja adornada. Luego se acerca a Wrath. Levántate, mi señor, le ordena. Wrath se pone de pie y Beth ve un grabado en su espalda, que se extiende a través de sus hombros. Tohrment le entrega la caja a Wrath. Llévale esto a su shellan como símbolo de tu fuerza y tu valentía, para que ella sepa que tú eres digno de ella y que tu cuerpo ahora está a su servicio, le dice.

Wrath da media vuelta y atraviesa la habitación. Beth lo mira con nerviosismo. Él parece estar perfectamente bien. De hecho, parece radiante de amor y sus ojos pálidos y ciegos resplandecen. Wrath se arrodilla, baja la cabeza y le ofrece la caja. ¿Me aceptarás?, pregunta. Con manos temblorosas, Beth acepta la caja y se siente aliviada cuando él se pone de pie y la rodea con sus brazos. Ella lo abraza con fuerza y los demás estallan en vítores y aplausos. ¿Podemos no volver a hacer esto?, susurra ella. Él se ríe y dice que se prepare por si tienen hijos.

Las celebraciones duran toda la noche y Butch y Marissa pasan el tiempo hablando. Cuando el amanecer se acerca, están en el segundo piso de la casa. Marissa da media vuelta y dice que tiene que irse. Ella se siente ahora más relajada con el humano y piensa que él es muy atractivo. Butch se le acerca lentamente. Parece terriblemente serio. Toda la noche ella ha tenido la impresión de que él está haciendo un esfuerzo por hacer que se sienta cómoda. Ese cambio en el comportamiento del hombre la intriga. ¿Qué sucede?, pregunta. Quiero besarte, dice él en voz baja. Ella siente al mismo tiempo el deseo y el respeto que lo acosan. Nerviosa pero no asustada, Marissa se acerca y nota cómo las manos de él se posan suavemente sobre sus hombros. Los labios del hombre son suaves y tibios cuando rozan los suyos. Ella cierra los ojos y se recuesta contra él. Un sonido, algo parecido a un rugido de satisfacción, sale del pecho del hombre. Él extiende el beso y su lengua se desliza dentro de la boca de ella, para acariciarla. Las manos del hombre se sienten tibias sobre su cintura, las palpitaciones golpean su pecho con ritmo firme y el cuerpo vibra con locura. Él se echa hacia atrás, mientras estudia el rostro de ella con los ojos, como si tuviera miedo de haber sido demasiado atrevido. ¿Te ha gustado?, le pregunta en voz baja. Ella sonríe. Ha sido muy hermoso, dice. Una hembra no podría tener un mejor primer beso. Butch abre los ojos con sorpresa. Marissa le pone las manos en la cara. Hagámoslo otra vez, dice, y lo acerca a ella.

Beth y Wrath pasan el día siguiente durmiendo, después de volver a ordenar los muebles. Esa noche, después de que oscurece, Wrath y los hermanos hablan con Butch, quien les dice lo que sabe sobre la academia de artes marciales, que no es mucho. Toman la decisión de ir en grupo, irrumpir en el lugar y pasar a la ofensiva. A petición de Wrath, Butch accede a quedarse en casa con Beth y cuidarla. Wrath le dice a Beth que sólo va a salir a encargarse de un asunto. No quiere preocuparla, pero ella no es tonta. Mientras que los hombres se arman de pies a cabeza, ella trata de mantener a Wrath en casa. ¿Qué puede ser tan importante?, pregunta. Es sobre la muerte de tu padre, dice él. Necesitamos averiguar quién lo hizo. Tu padre merece que venguemos su muerte. Beth finalmente lo deja ir, pero se siente inquieta.

En las afueras de la ciudad, el señor X y Billy, que ahora es conocido como el señor R, salen de la granja del señor X. El señor C no aparece porque ha sido asesinado por otro restrictor en una disputa territorial. Su plan es vigilar la casa de Darius y esperar a que el legendario vampiro guerrero que se ha instalado allí regrese al amanecer. El señor X lleva consigo la red y los dardos. Le parece irónico que se esté dirigiendo a la casa del guerrero al que le puso la bomba. Había asumido que después de la muerte de su dueño, ningún otro vampiro se quedaría allí debido a que el lugar era peligroso. Cuando llegan, identifican la mansión. Sienten que los vampiros guerreros han salido, pero parece haber al menos una hembra allí.

Dentro, llega Marissa, y ella y Butch se sientan con Beth. Beth se siente como un estorbo y les ruega que se vayan al segundo piso. Ella estará bien. Butch lo piensa y, después de revisar las ventanas y las puertas y activar el sistema de seguridad, consiente en sentarse junto a Marissa en el salón que hay al otro lado del pasillo. Eso es lo más lejos que acepta irse. Beth se acomoda en el sofá del salón.

El señor R enfoca los binoculares hacia la casa y ve a Beth. Esta vez sí voy a tirarme a esa perra, le dice al señor X. Quiero golpearla hasta que se desangre. El señor X lo mira con gesto pensativo y sugiere un cambio de planes. ¿No te gustaría tenerla ya mismo?, le pregunta al señor R.

Beth escucha un golpecito en la ventana. Se asoma a mirar, pero no hay nadie ahí. Un momento después, una explosión sacude la mansión. Ella sale disparada contra la pared. Cuando Butch entra corriendo al salón, dos hombres entran por el agujero que quedó donde solía estar la ventana. Uno de ellos le dispara tranquilamente a Butch. Y el otro es Billy Riddle.

Wrath y los hermanos están combatiendo contra los restrictores dentro de la academia de artes marciales, cuando él siente una terrible punzada en el centro del pecho. Se sale de la batalla tan pronto como puede y regresa de inmediato a la mansión, donde encuentra un verdadero caos. Butch está herido, la sirena del sistema de seguridad se ha disparado, Marissa está histérica y Beth ha desaparecido.

El señor X y el señor R llegan a la granja con Beth, a quien tienen atada de pies y manos. El señor X está feliz con la dirección que han tomado las cosas. Teniendo en cuenta que se trata de una hembra, Beth ofrece algunas nuevas posibilidades de tortura. Además, el guerrero vendrá a buscarla. Obviamente se trata de su esposa, o su novia o su hermana. Así que es una situación para salir ganando sí o sí. Dos por uno. Los dos asesinos meten a Beth dentro de la casa.

Como Beth se ha alimentado de la vena de Wrath, él puede percibir dónde está y se materializa enfrente de la casa de la granja. Rompe la puerta y entabla un combate feroz contra los dos restrictores. Beth se quita las ataduras y, aprovechando una fuerza física que nunca antes había sentido, ataca a Billy Riddle. Lo golpea y cuando Wrath le lanza una daga, apuñala a Billy y este se desintegra. Aunque Wrath vence al señor X, queda gravemente herido. Beth se apresura a atenderlo. Coge el teléfono de Wrath y llama frenéticamente al móvil de Butch, con la esperanza de que alguien conteste.

Marissa responde. Cuando oye lo que le ha ocurrido a Wrath, Marissa, que ya ha llamado a su hermano para que la ayude a curar la herida de Butch, le exige a

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