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  2. La guía secreta de la Hermandad de la Daga Negra
  3. Capítulo 52
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sus preguntas sobre las estrellas ninja y luego le pregunta casualmente a quién está buscando. A nadie en particular, responde Butch. Entonces le pide al señor Xavier que le venda una de las estrellas ninja. No están a la venta, dice el hombre, pero le daré una. Butch toma la estrella y se la guarda en el bolsillo. Luego se marcha y va hasta el periódico para ver si Beth ha ido por allí. Pero nadie la ha visto.

Más tarde, ese día, Beth deja la mansión y piensa que debe ir a trabajar. Pasa por su apartamento, se cambia de ropa y se dirige al centro. Cuando llega al periódico, su editor le pregunta dónde ha estado. Ya ha incumplido dos entregas y amenaza con despedirla. Ella se sienta y escribe dos columnas, pero su mente está fija en Wrath. A pesar de lo fantásticamente increíble que parece la historia que él le ha contado, de alguna manera tiene sentido. Explica por qué siempre se ha sentido tan diferente de la gente que la rodea. Y cómo, por alguna razón, siempre ha sentido como si alguien la estuviera vigilando.

Cuando el sol se oculta, Wrath llama a Marissa. Ella llega a la habitación, complacida al ver que él ha recurrido a ella, pues es evidente que está perturbado. Wrath, por su parte, no deja de pensar en Beth. Le preocupa que esté en la ciudad sin él, no puede quitarse de la cabeza los recuerdos de su escena de amor y le aterroriza pensar en la transición que se acerca. Marissa le ofrece su muñeca pero, cuando Wrath cierra los ojos, ve a Beth y, siguiendo un impulso pasional, muerde a Marissa en el cuello.

Marissa siente que él pincha su arteria y se asombra. Wrath está físicamente excitado cuando la atrae contra su cuerpo y la abraza. Eso es lo que ella ha estado esperando todo ese tiempo y se aferra a los hombros de Wrath, mientras penetra en su mente. Marissa capta una vívida imagen de la hembra en la que él está pensando y siente que se le rompe el corazón. Finalmente, abandona todas sus esperanzas. Marissa sabe que él nunca sentirá algo así por ella y una lágrima brota de sus ojos mientras él bebe de su vena.

Al otro lado de la ciudad, el señor X sale en busca de otra prostituta que le haga de señuelo para capturar a un vampiro. Esta vez, sin embargo, lleva una red tejida con hilos de plata. Mata a otra mujer en un callejón y la deja desangrarse. Cuando llega un vampiro, atrapa al macho con la red. El señor X se acerca y le dispara varios dardos al macho. Cuando el vampiro pierde el conocimiento, el señor X lo arrastra hasta su coche y lo lleva al campo, donde tiene una casa.

Beth regresa a su apartamento caminando para recoger algo de ropa y oye los mensajes de su contestador. Butch la ha llamado varias veces y en el trabajo también le han dicho que él la está buscando. Beth lo llama al móvil. Él le dice que se quede donde está, porque va para allá. Beth lo está esperando cuando comienza a sentir náuseas. Se toma un par de antiácidos pero su estado empeora.

Wrath termina con Marissa y, cuando se retira, ella le dice que lo libera de su compromiso. Él la toma de las manos y le dice que lo siente. Ella murmura que desde el principio eran una mala pareja. Él jura protegerla siempre, pero ella le dice que encontrará a alguien que lo haga. Ella se desmaterializa.

Wrath sube al piso de arriba y sus hermanos guerreros se reúnen con él. Mientras Wrath pasaba la noche con Beth, ellos han estado vigilando la academia de artes marciales y han visto cómo, hacia las tres de la mañana, entraban y salían varios restrictores, así que creen que ese es el centro.

Entretanto, Butch llega al apartamento de Beth y llama al timbre. Como ella no responde, da la vuelta y camina hasta la parte trasera del edificio. A través de la puerta de vidrio, ve que está en el suelo, con el cuerpo encogido como si fuese un ovillo. Butch rompe el cristal de una ventana con la culata del arma y entra. Ella se está retorciendo de dolor. Butch comienza a llamar al número de emergencias, pero ella lo detiene. Beth le da una dirección y le ruega que la lleve allí. Él le dice que no la va a llevar a ningún otro sitio que no sea un hospital, pero ella lo agarra del brazo y acerca la cara de Butch a la suya. Beth le dice que si quiere que ella viva, tiene que llevarla con Wrath. En ese momento, Butch lo entiende todo. Wrath ha estado dándole heroína a Beth y ésos son los síntomas de un síndrome de abstinencia. Si él la lleva al hospital, Beth podría morir si no le suministran la droga. Así que la toma en sus brazos y la lleva a su coche. Conduciendo como un loco, se dirige a la casa de Darius.

Wrath y los hermanos están en el salón, cuando oyen los golpes en la puerta. Al tiempo que sacan sus armas, se dirigen en grupo hacia la entrada. Wrath abre y Butch irrumpe en la casa con Beth en brazos. Wrath la recibe y los hermanos observan todo con asombro. Wrath la abraza como si fuera algo extremadamente precioso y desaparece por el salón.

Al otro lado de la ciudad, Marissa ha regresado a su habitación y se arroja sobre su cama. Cuando su hermano sube a verla más tarde, con la esperanza de llevarla a una fiesta, ve con horror los pinchazos que Marissa tiene en el cuello y los moretones en su piel blanca. Havers se siente consumido por la rabia contra Wrath. Se dirige a su laboratorio, convencido de que tiene que hacer algo.

Volviendo a la mansión de Darius, Wrath acuesta a Beth con suavidad en la cama de su habitación. Ella está sufriendo y Wrath siente que le tiemblan las manos cuando saca su daga. Cuando va a hacerse una incisión en la muñeca, se detiene porque quiere tenerla cerca cuando ella esté bebiendo. Así que se hace una incisión en el cuello y la levanta, acunándola en sus brazos. Mientras ella bebe de su vena, Wrath la mece hacia delante y hacia atrás, al tiempo que de sus labios brotan antiguas plegarias que pensaba que había olvidado.

Arriba, los hermanos forman un círculo alrededor de Butch. Butch está preocupado por Beth, cansado de tratar con traficantes y de su violencia, desilusionado de su trabajo. Cuando uno de los hermanos se le enfrenta, Butch descarga su rabia y tumba al hombre, que es más grande que él. En cuestión de segundos, Butch está de espaldas en el suelo, totalmente indefenso, mientras que un codo le hace presión sobre la garganta. El hombre que está sentado sobre su pecho está sonriendo y les comenta a los demás que Butch no le cae del todo mal. Cuando Butch está a punto de desmayarse, uno de los hermanos se adelanta y separa al hombre que lo está aprisionando.

Butch levanta la vista hacia su salvador, mientras toma aire. El hombre que lo mira desde arriba tiene una cicatriz que le corta la mejilla y los ojos más siniestros que ha visto en la vida. Ha llegado el momento, piensa Butch. Esta vez finalmente va a morir. Pero en lugar de matar a Butch, el hombre dice que esperen a Wrath antes de decidir qué hacer. En ese momento entra un mayordomo vestido con librea negra, que lleva unos entremeses. Butch no lo puede creer. El tipo va pasando con una bandeja de plata y les dice a los hombres que, si van a matar a alguien, por favor tengan la bondad de hacer su trabajo en el jardín.

Abajo en la habitación, Beth termina de beber de la vena y Wrath la abraza para aliviar el dolor. En cierto momento, ella está convencida de que va a morir, pero logra sobrevivir. Dos horas antes de que amanezca, la agonía finalmente cede y se queda dormida.

Arriba, a Butch le despojan de su chaqueta y sus captores revisan sus bolsillos y encuentran la estrella ninja. ¿Tienes entrenamiento en artes marciales?, pregunta uno de ellos. Butch les dice que no. ¿Entonces qué haces con esto?, le preguntan de nuevo. Es de un amigo, responde Butch. Los hombres le hacen algunas preguntas sobre la academia de artes marciales de la ciudad. Por alguna extraña razón, él casi piensa que todos están detrás de lo mismo: el hombre que puso el coche bomba y que puede estar matando prostitutas. El mayordomo interrumpe y anuncia que la cena está servida. Mientras que los demás empiezan a salir del salón, el de la cicatriz se queda rezagado y le dice a Butch que, sin duda, puede tratar de escapar. La puerta principal no tiene llave. Pero si Butch se marcha, el hombre lo va a perseguir como a un perro y lo matará en la calle. Cuando Butch se queda solo en el salón, reflexiona sobre sus opciones. Está preocupado por Beth y decide que, a pesar de la amenaza de Cara Cortada, no se va a marchar.

En su habitación al otro lado de la ciudad, Marissa se da la vuelta en la cama con determinación. Se siente extraña y tarda un rato en darse cuenta de que está furiosa. No, está más que furiosa. Está fuera de sí. Se quita las sábanas de encima y se desmaterializa. Se imagina que Wrath debe estar a punto de regresar a su casa, así que reaparece en el salón de la mansión de Darius. Está cansada de esconderse cuando está con Wrath y espera que sus guerreros se encuentren con él cuando regrese. Quiere enfrentarse a él delante de ellos.

Butch está recorriendo el salón, deteniéndose a mirar las antigüedades y pensando que los traficantes de drogas son todos ricos, cuando de repente aparece una mujer frente a él. Butch se queda sin aire. Ella es tan etéreamente hermosa que a él casi se le olvida respirar. Ella tiene un rostro delicado, ojos verdes brillantes y por la espalda le cae una cascada de ondas rubias. Está vestida con una especie de túnica blanca larga. Movido por un instinto protector, Butch se asoma al pasillo y piensa que debe llevársela de allí. No se puede imaginar qué está haciendo una belleza tan delicada como ella con un grupo de matones como aquéllos. Es tan pura, piensa Butch. Tan absolutamente pura.

Marissa se sorprende al ver lo que tiene enfrente. Es un humano. En la casa de Wrath. Y el hombre la mira fijamente, como si hubiese visto un fantasma. Él se aclara la garganta y extiende la mano. Luego la retira y se limpia la palma vigorosamente contra la parte trasera de sus vaqueros. Vuelve a extender la mano y se presenta como Butch O’Neal. Ella mira la mano que él le ofrece, pero da un paso hacia atrás. Él deja caer la mano, pero sigue mirándola fijamente. ¿Qué miras?, pregunta ella, al tiempo que se cierra las solapas de la túnica. Marissa se pregunta si tal vez él se ha dado cuenta de que es una vampiresa y siente aversión hacia ella. El hombre se pone colorado y se ríe con

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