marcharse. Butch pregunta qué demonios estaba haciendo Wrath vigilando el edificio y Wrath dice que sólo salió a dar un paseo. Butch presiona a Wrath contra la pared, le pone los brazos atrás y lo esposa. Wrath pregunta la razón de su arresto y Butch contesta que posesión ilegal de armas, allanamiento de morada, acoso y, tal vez, asesinato. Luego añade que en dos escenas de crímenes han encontrado estrellas ninja como las suyas.
Cuando Butch comienza a llevarse a Wrath, Beth se pregunta si Wrath habría podido asesinar a esa prostituta después de marcharse de su apartamento la noche anterior. Sencillamente no puede entender cómo un hombre puede tener facetas tan distintas. Fue tan dulce y amable con ella cuando la abrazó después de hacer el amor. Entonces se interpone entre los dos hombres y exige un momento para hablar con Wrath. Butch le dice que entre al apartamento y cierre bien las puertas. Luego se lleva a Wrath, pero Beth sigue corriendo detrás de ellos. Beth le pregunta a Wrath por qué ha ido a buscarla. Wrath la mira y le dice que lo ha enviado el padre de ella. Beth se queda petrificada.
Butch sube a Wrath en la parte trasera del coche y lo lleva a la comisaría. Mientras conduce, lo mantiene vigilado por el espejo retrovisor porque algo le dice que, incluso esposado, ese hombre es terriblemente peligroso. Aparcan detrás de la comisaría. Cuando Butch saca a Wrath del coche, éste da un paso atrás y se oculta entre las sombras. Butch está tratando de arrastrarlo, cuando él se quita las esposas como si estuvieran hechas de cáñamo. Wrath agarra a Butch, lo levanta del suelo y lo arrincona contra el edificio. Por primera vez en su vida adulta, Butch está seguro de que está a punto de ser asesinado. Y qué irónico resulta que pueda ver la ventana de su oficina desde donde eso está ocurriendo.
Wrath tiene la tentación de acabar con la vida del hombre, pero hay algo en él que lo intriga. Butch no está aterrorizado como lo estarían la mayoría de los humanos. Está resignado, como si estuviera ansiando la muerte, y Wrath se siente un poco identificado con Butch. Wrath le dice que él no le va a hacer daño a Beth. Por el contrario, ha venido a salvarla. En ese momento, Beth se baja de un taxi y corre hacia ellos. Le dice a Wrath que suelte a Butch. Butch cae el suelo y queda inconsciente.
Beth está decidida a averiguar todo lo que pueda sobre su padre y aleja a Wrath de la comisaría antes de que Butch recupere el conocimiento. Para un taxi y Wrath le dice al conductor que los lleve al vecindario donde está la mansión de Darius. El taxi los deja a una o dos calles de la mansión, y luego van caminando. Fritz, el mayordomo, los saluda en la puerta.
Wrath hace seguir a Beth hasta el salón y luego bajan a la habitación de huéspedes. Ella está asustada pero decidida a obtener información sobre su padre. La habitación de Wrath es un lugar extraño, con escalofriantes paredes negras y lleno de velas, pero no siente que él represente un peligro para ella.
Antes de que pueda exigirle a Wrath que empiece a hablar, él comienza a hacerle una serie de preguntas extrañas. ¿Ha tenido más hambre de lo normal? ¿Ha estado comiendo mucho pero no aumenta de peso? ¿Sus ojos parecen más sensibles a la luz? ¿Siente dolores en el cuerpo? ¿Tiene los dientes más sensibles? Beth piensa que Wrath está loco y le pregunta qué tiene que ver eso con su padre.
Wrath se quita la chaqueta y la arroja sobre la cama. Se pasea un rato antes de tomarla de la mano e invitarla a sentarse en el sofá. Wrath le dice a Beth que el nombre de su padre era Darius y que acaba de morir. Ella dice que le habían dicho que su padre había muerto antes de que ella naciera. Wrath niega con la cabeza y explica que Darius y él han luchado juntos durante muchos años y que el amor de su padre por ella era muy fuerte. Ella pregunta por qué, si su padre la quería tanto, nunca se molestó en buscarla. Wrath no responde, pero le acaricia el pelo. Pronto te vas a sentir enferma, dice con voz suave. Te vas a sentir enferma y me vas a necesitar.
Beth pierde el hilo de lo que él está diciendo. Él sigue hablando de cómo la va a ayudar a recuperarse de una especie de enfermedad, pero a ella sólo le interesa saber sobre su padre. ¿Quién era?, pregunta Beth. Él era como yo, dice Wrath. Luego toma la cara de Beth entre sus manos y abre lentamente la boca.
Tan pronto Beth ve sus colmillos, se aleja de él, aterrorizada. Se levanta del sofá de un salto y corre hacia las escaleras. Él la deja ir, pero se desmaterializa para tomar forma justo en el momento en que ella sale corriendo por la puerta. Ella cree que es una aparición y se desvía de su camino. Wrath la deja correr un rato como loca, mientras la sigue de cerca. Cuando ella por fin queda agotada, él la recoge del suelo y la abraza, al tiempo que ella empieza a llorar. Beth sólo dice que no se cree nada de lo que le ha dicho. Sencillamente no puede creerlo.
En la comisaría, Butch se arrastra hasta el interior y enseguida pone un aviso de alerta sobre Wrath y Beth. Luego se dirige al apartamento de Beth, pero ella no está, así que se va al centro a buscarla y, al ver que no la encuentra, decide regresar a su apartamento.
Wrath lleva a Beth de regreso a la mansión. En la habitación de huéspedes, la atrae hacia él y la abraza. Ella está totalmente aturdida, pero después de un rato logra aclarar su mente y mira a Wrath. Él la besa en la boca pensando solamente en consolarla, pero la llama de la pasión estalla entre los dos. Dejándose arrastrar por la locura y el sentimiento de frustración de lo que él acaba de decirle, Beth se desquita con el cuerpo de Wrath y hacen el amor apasionadamente. Cuando Wrath la está penetrando, descubre sus colmillos y casi sucumbe al deseo de clavárselos en el cuello y alimentarse de la vena de Beth, algo que no debe hacer porque ella aún no ha pasado por la transición. Al percibir la desesperación con la que desea la sangre de Beth y una sensación de fatiga cada vez mayor, se da cuenta de que pronto tendrá que recurrir a Marissa.
A la mañana siguiente, Butch regresa a la comisaría y recibe una llamada para que se presente en la oficina del capitán. Le informan de que ha sido suspendido temporalmente por lo que le hizo a Billy Riddle. Butch le dice al capitán que el chico se merecía algo peor. Entrega su placa y su arma y se marcha, decidido a seguir buscando a Beth. Butch llama a José a la casa y le cuenta lo que ha sucedido. Le pregunta si ha averiguado algo sobre las estrellas ninja que encontraron en las dos escenas del crimen. José le dice que cree que al menos una de las armas fue comprada en la academia de artes marciales de la ciudad. Butch decide ir a inspeccionar el lugar.
En la mansión, Beth despierta en los brazos de Wrath. Él lleva horas despierto, velando su sueño. Ella le pregunta en voz baja cómo era su padre. Wrath le dice que Darius era fuerte y valiente, todo lo que debe ser un buen guerrero. Ella le pregunta cuál es el objeto de esa guerra que él y Darius libran. Wrath le cuenta todo sobre la Sociedad Restrictiva y su historia de cazar vampiros. Le dice que sus medio hermanos fueron asesinados por restrictores. Ella le pregunta si él ha perdido a alguien en la guerra y él le habla de la horrible muerte de sus padres. Ella le acaricia la cara y le dice que lo siente. Es evidente la angustia que eso le causa a Wrath y el desprecio que siente hacia sí mismo. Cuando él le dice que se siente culpable, Beth lo ayuda a ver lo impotente que era en ese momento, considerando la desventaja física y el hecho de que su padre lo había encerrado. Le dice que nadie en esa situación podría haber impedido el ataque. Nadie.
Se oye un golpe en la puerta. Wrath se pone una bata, vuelve a ponerse las gafas oscuras y abre. Boo, el gato de Beth, atraviesa la habitación corriendo y se arroja a los brazos de su ama, que se ríe y lo abraza. Mientras ella dormía, Wrath le ha pedido al mayordomo que vaya hasta el apartamento y traiga al gato.
Wrath le da las gracias al mayordomo y en ese momento se fija en la puerta del cuarto de Darius. Cuando se quedan solos, Wrath le dice que quiere mostrarle algo y la saca de la cama. La lleva hasta el otro extremo del pasillo, a la habitación de Darius. Ella entra y se asombra al ver docenas de fotografías suyas a distintas edades. Están por todas partes, hermosamente enmarcadas. (Más tarde se entera de que Fritz, el mayordomo, es quien las ha tomado). Beth también encuentra una fotografía de su madre. Wrath la espera en la puerta, en tanto que ella explora la habitación de su padre. Mientras la observa, él se da cuenta de que quiere convertirla en su uta-shellan, su primera y única compañera. Su esposa. Entonces cruza por su mente la idea de que tal vez ella no sobreviva a la transición y le invade el terror.
Beth se siente increíblemente conmovida por la evidente adoración que su padre sentía por ella y también por el sereno apoyo que Wrath le brinda mientras explora la habitación. Wrath responde a sus preguntas con cuidado y cada retazo de información que le brinda es como un regalo precioso para ella. Cuando encuentra un diario, Beth le pide a Wrath que se acerque. No puede leer lo que dice porque está escrito en una lengua que no conoce. Pero cuando le extiende el diario, se da cuenta de que él ni siquiera lo está mirando. Entonces deja el libro, levanta los brazos hacia la cara de Wrath y le quita lentamente las gafas oscuras. En las otras ocasiones en que él se ha quitado las gafas estaban a oscuras. Pero allí, a la luz de una lámpara, Beth ve que los iris de Wrath son de un color verde lechoso, y pálido, y sus pupilas son diminutas y parecen no fijar la mirada en nada. Eres ciego, dice ella con voz suave. Wrath se siente instintivamente avergonzado por su discapacidad y trata de apartarse de las manos de Beth. Le preocupa que ella piense que no podrá protegerla y le dice que aun así puede hacerse cargo de ella. No lo dudo en lo más mínimo, susurra ella mientras le da un beso.
En la ciudad, Butch llega a la academia de artes marciales y ve salir a Billy Riddle. Butch entra y habla con uno de los instructores, un tío llamado Joe Xavier. Butch no está seguro del porqué, pero siente que ese hombre tiene algo extraño. Xavier responde a