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  2. La guía secreta de la Hermandad de la Daga Negra
  3. Capítulo 38
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y la relación entre ella y V comenzó a funcionar bien, lo cual reflejaba mejor lo que había visto en mi cabeza.

Como comentario al margen, diré que una de las primeras escenas de V y Jane que vi en mi cabeza se presentó cuando estaba escribiendo Amante despierto, en 2005. Iba corriendo y de repente tuve una visión de V removiendo un chocolate caliente. Observé mientras servía en una taza lo que estaba en la olla y se lo entregaba a una mujer que sabía que él la iba a abandonar. Luego la vi a ella frente a la ventana de la cocina, mirando a V, que estaba fuera, envuelto entre las sombras que proyectaba un poste de la luz.

Eso, por supuesto, se convirtió en la despedida que comienza en el capítulo 30 de su libro.

Cuando me llegan las escenas de la Hermandad, no aparecen en orden cronológico. Por ejemplo, tuve visiones de Tohr y del lugar en el que iba a terminar incluso antes de que Wellsie muriera. Así que, en el caso de la escena del chocolate caliente de Amante desatado, me quedé estancada preguntándome cómo demonios iban a hacer Jane y V para terminar juntos. Por otra parte, yo sabía que ella era humana y quería que ellos tuvieran lo que los demás tenían, es decir, unos buenos siete u ocho siglos de vida en pareja. Pero como Jane no era vampira, no tenía idea de cómo iba a ser posible eso; además, sabía que ella iba a terminar muerta, porque había visto las visiones de V y sabía lo que significaban, aunque él no lo supiera…

Cuando hice el bosquejo de Amante desatado, seguía preguntándome cómo esos dos iban a tener un final feliz y estaba realmente preocupada. ¿Qué pasaría si no había un final feliz? Pero luego llegué al final… y vi a Jane de pie en la puerta de V, como un fantasma.

Me sentí realmente aliviada y feliz. Fue como ¡Ay, esto es genial! ¡Por fin podrán vivir juntos muchos años!

Por desgracia, algunos lectores no lo vieron de esa manera y creo que yo tengo la culpa en parte.

Por lo general, cuando llego al final de un libro, siento que aunque me gustaría poder afinar un poco más el estilo (nunca estoy satisfecha), las escenas y la forma como se desarrollan las distintas historias ya están en el punto preciso. También me siento bastante segura de haber ofrecido el contexto suficiente para que el lector pueda ver dónde comenzaron las cosas, qué ocurrió y cómo terminó todo.

En este caso, yo estaba tan aliviada de ver que Jane y V habían resuelto su futuro (la esperanza de vida de Jane ya no era problema) que di por hecho que los lectores iban a sentir lo mismo. Mi error fue subestimar el reto que representaba para las convenciones de la novela romántica el hecho de que ella fuera un fantasma y no sabía que eso sería tan problemático para algunas personas. He repasado una y otra vez ese desencuentro (el que tuvo lugar entre el mercado y mi radar interno) y he decidido que se debe en parte a mi historia como lectora de obras de terror y fantasía: como la solución funcionaba dentro del universo del libro y proporcionaba una salida al héroe y la heroína, yo simplemente asumí que estaba bien.

Además, aunque yo hubiese pensado que ese final iba a ser un problema para algunos lectores, no lo habría cambiado porque cualquier otra cosa habría sido como lavarse las manos e inventar una mentira. No escribo para el mercado y nunca lo he hecho: las historias que tengo en la cabeza son las que tienen el control, y ni siquiera yo puedo hacer que ocurra lo que yo quiero que ocurra. Dicho esto, si estuviera escribiendo el libro otra vez, agregaría unas diez páginas al final, en las cuales V y Jane interactuaran para mostrar la felicidad de los dos, así los lectores tendrían la absoluta certeza de que, en la mente de los personajes, todo había terminado bien.

Tal como lo veo, esta saga ha traspasado muchas fronteras, empujándolas con decisión, pero siempre he tenido mucho cuidado con los cómos y los porqués. Realmente trato de respetar el género que me abrió la puerta a la escritura y ha sido desde hace mucho tiempo mi género predilecto. Y el romance es y seguirá siendo la base de cada uno de los libros de la Hermandad.

A propósito de eso… hablemos de V y Jane como pareja. Caramba, eran realmente muy apasionados. No me sonrojé tanto frente al ordenador como con Butch, aunque no estoy segura de si eso se debe a que el policía me llevó a un nuevo nivel o que simplemente esperaba esa clase de cosas de V.

La escena en la que V está en cama y Jane le da un baño con una toalla es realmente erótica y yo la vi toda ella con mucha claridad. En especial el momento en que ella está, ejem, encargándose de cierta parte:

[…] pero en ese momento él soltó un gemido gutural y echó la cabeza hacia atrás, mientras su pelo negro azulado se extendía por la almohada negra. A medida que sus caderas subían y los músculos del estómago se tensaban uno detrás de otro, los tatuajes de la pelvis se estiraban y volvían a su posición original.

—Más rápido, Jane. Ahora vas a hacerlo más rápido.

Amante desatado, CAPÍTULO 42

Antes de que Jane entrara en su vida, para V el sexo y las emociones no tenían ninguna relación. De hecho, a excepción de Butch, y de la Hermandad hasta cierto punto, las emociones no eran parte de su vida, y eso tenía sentido. El hecho de haber crecido en el campamento de guerreros le había dejado un trastorno afectivo que persistió en su vida adulta y marcaba todas sus relaciones. Entonces, la pregunta era: ¿qué hacía que Jane, y en ese sentido también Butch, fueran diferentes?

Creo que Jane y Butch son muy parecidos; para empezar, los dos son muy ingeniosos y rápidos con las palabras. Miremos, por ejemplo, ese pequeño intercambio entre V y Jane, que es uno de mis diálogos favoritos de toda la serie:

—No te quiero cerca de esa mano. Aunque esté enguantada.

—¿Por qué…?

—No voy a hablar de eso. Así que ni siquiera pregunte.

Bueeeeno.

—Casi mata a una de mis enfermeras, ¿sabe?

—No me sorprende. —El hombre se quedó mirando el guante con rabia—. Me la cortaría, si pudiera.

—Yo no lo aconsejaría.

—Por supuesto que no. Usted no sabe lo que es vivir con esta pesadilla al final de su brazo…

—No, me refiero a que, si fuera usted, yo le pediría a alguien más que me la cortara. Así es más probable que lograra completar el trabajo.

Hubo un minuto de silencio; luego el paciente soltó una carcajada.

—Muy ingeniosa.

Amante desatado, CAPÍTULO 16

También pienso que V se siente atraído hacia Jane porque ella no es una mujer débil y temerosa. La escena en que la sacan del hospital lo muestra con claridad, en especial cuando Rhage la lleva sobre el hombro y Phury está tratando de calmarla por medio de prácticas de control mental:

—Tienes que dormirla, hermano —dijo Rhage, soltando un gruñido—. No quiero hacerle daño y V dijo que teníamos que llevárnosla.

—Pero no se suponía que esta operación implicara un secuestro.

—Demasiado tarde. Ahora, duérmela, ¿quieres? —Rhage volvió a gruñir y trató de agarrarla de otro modo, dejando libre la boca para agarrar un brazo.

La voz de la mujer resonó con fuerza y claridad:

—¡Ayúdame, Dios mío, voy a…!

Phury la agarró de la barbilla y la obligó a levantar la cabeza.

—Relájate —dijo suavemente—. Sólo tranquilízate.

La miró directamente a los ojos y comenzó a obligarla mentalmente a calmarse… a obligarla mentalmente a calmarse… a obligarla…

—¡Púdrete! —gritó la mujer—. ¡No voy a permitir que maten a mi paciente!

Amante desatado, CAPÍTULO 9

En ese momento, Jane me recuerda a Butch en Amante oscuro, cuando lleva a Beth a la mansión de Darius y se enfrenta a los hermanos. Aunque lo superan en número, él es un guerrero. Al igual que Jane.

También creo que tanto Jane como Butch se inclinan a hacer el bien. En la medida en que ella es médica y Butch es policía, los dos tienen madera de héroes, así que V siente mucho respeto hacia ellos.

Por último, sospecho que, tal como parece ser cierto en todos los hermanos, hay un fenómeno que tiene que ver con las feromonas. Los hermanos, y de hecho todos los machos que he visto hasta ahora, parecen conectarse de manera instantánea e irrevocable cuando están cerca de su compañera. Así que sólo puedo suponer que es un tema de algún tipo de componente instintivo.

Pero volvamos a V y Jane. Desde mi perspectiva, uno de los intercambios emocionales más fuertes del libro tiene lugar cuando V permite que Jane lo domine sexualmente en el ático, justo antes de dejarla ir. Para él, ponerse a merced de alguien a nivel sexual, considerando lo que le hicieron la noche de su transición, cuando lo amarraron y lo castraron parcialmente, es la mayor demostración de amor que le puede hacer a otra persona. La escena, que empieza en el capítulo 29, lo muestra, por primera vez en su vida, eligiendo voluntariamente estar indefenso. Cuando era un pretrans, en el campamento de guerreros, resultaba vulnerable debido a las circunstancias y a sus condiciones físicas, así que se ha pasado el resto de la vida asegurándose de no volver a estar a merced de nadie nunca más. Con Jane, sin embargo, está dispuesto a entregarse. Es una declaración de amor que va más allá de las palabras.

Y, claro, ése es mi objetivo con las escenas de sexo. Sí, esa escena entre ellos es muy erótica, pero también es claramente significativa para el desarrollo de los personajes.

Ahora, hablemos un poco acerca de la Virgen Escribana y V.

Hablando de temas maternales, ¿no? Cuando V saltó por primera vez al escenario en Amante oscuro, yo sabía que esa mano resplandeciente guardaba un gran significado, pero no tenía idea de lo importante que era o cuáles eran sus implicaciones. De hecho, durante el proceso de escritura de los primeros dos libros, ni siquiera tenía idea de que Vishous era el hijo de la Virgen Escribana. Es como Boo o los ataúdes: cuando veo algo de manera especialmente vívida, lo pongo en la página, a pesar de que tal vez no sepa qué tiene que ver con el resto.

Sólo lo entendí cuando comencé Amante despierto: la luz blanca es igual a la Virgen Escribana. V tiene luz blanca. Por lo tanto, V es igual a la Virgen Escribana. Pensé que era un giro genial y me cuidé mucho de no hablar del asunto en el muro de mensajes ni en las firmas de libros, para que no se me cayera la hoja de parra (aquella que oculta los secretos). Francamente, después de dar algunas pistas sobre el linaje de V, me sorprendió que nadie más pillara la relación. (Creo que en el muro puede haber habido una o dos especulaciones que se acercaron, pero las desvié hábilmente con respuestas evasivas).

En Amante desatado, V y su madre encuentran dificultades para relacionarse, lo cual, teniendo en cuenta lo que ella le ha ocultado y las cosas a las que él se vio sometido con la complicidad de ella, es comprensible. Pero todo termina por solucionarse y, para mucha gente, la escena favorita del libro es aquella del final, cuando Vishous

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