está con Marissa y está comprometido con su relación, pero el tema de V no le ha incomodado a nadie porque se respetan los límites.
Tengo que decir que la escena en que Butch es introducido en la Hermandad, cuando V lo muerde, es absolutamente erótica:
Sin pensarlo, Butch alzó el mentón, consciente de que se estaba ofreciendo él mismo, consciente de que él… oh, joder. Frenó sus pensamientos, completamente extrañado por la vibración que surgió entre ellos, sólo Dios sabe de dónde.
Como a cámara lenta, la oscura cabeza de Vishous se deslizó hacia abajo. Butch sintió el sedoso roce de la perilla de V en la garganta. Con exquisita precisión, los colmillos de Vishous presionaron la vena que subía desde el corazón de Butch, y luego lenta e inexorablemente perforaron su piel. Sus pechos se juntaron.
Butch cerró los ojos y absorbió la emoción de todo, la calidez de sus cuerpos tan cerca, la forma como el pelo de V se sentía tan suave en su barbilla, el tacto del poderoso brazo del macho mientras resbalaba alrededor de su muñeca. Por su propia voluntad, las manos de Butch se posaron sobre las caderas de Vishous, apretando la carne firme. Se fundieron por completo. Y un temblor los recorrió… Ambos se estremecieron a la vez…
Y entonces… lo que tenía que pasar, pasó. Y jamás volvería a pasar.
No se miraron cuando V se apartó en una separación completa e irrevocable. Un camino que no volvería a ser transitado. Jamás.
Amante confeso, CAPÍTULO 48
Como ya he dicho, no sabía muy bien cómo iban a reaccionar los lectores ante el tema V/Butch, y después de la publicación del libro quedé sorprendida. De manera general, todos querían más sobre ellos dos. El hecho de que los lectores fueran tan increíblemente comprensivos y me apoyaran da fe de su mentalidad tolerante y me siento muy agradecida. También tengo una deuda de gratitud con pioneros como Suzanne Brockmann, quien, con su personaje de Jules Cassidy, allanó el camino para que machos como Blay también pudieran tener un final feliz y hermanos como V fueron aceptados por lo que son.
Y ahora un par de reflexiones sueltas sobre Amante confeso…
Butch no sólo hizo que me sonrojara muchas veces; con él tuve mi primer bloqueo como escritora.
Pero no porque él se estuviera desnudando todo el tiempo.
Con cada título que salía y tenía éxito, los libros se iban volviendo más largos y yo estaba comenzando a preocuparme. ¿Qué pasaría si esa tendencia continuaba? Terminaría entregando títulos de varios tomos. El problema parecía ser que el universo de la Hermandad había comenzado a desarrollar su propia vida —algo que fue especialmente cierto con la historia de Butch—, así que los sucesos ya no sólo tenían que ver con los héroes y las heroínas.
Para mí como autora, el hecho de tener la libertad de explorar todas las vicisitudes del Omega, la Virgen Escribana y la guerra contra la Sociedad Restrictiva es parte de lo que me gusta de la saga. Sin embargo, las cosas más grandes no necesariamente son mejores. Durante el proceso de revisión, mi editora y yo siempre repasamos el ritmo para asegurarnos de que no haya en la página nada que sobre. Es gratificante cuando no encuentras nada superfluo, pero también es aterrador ver cómo van aumentando esos numeritos de las esquinas.
En todo caso, cuando comencé a escribir el borrador de Amante confeso, decidí que iba a ser «inteligente», dada la complejidad de la trama. Así que no dudé en consolidar unas cuantas escenas del principio para ahorrar espacio.
Correcto.
Por supuesto que eso tenía sentido desde el punto de vista práctico, pero a los hermanos no les gustó nada. A medida que trataba de adaptar las escenas del principio, uniéndolas en un solo texto, las voces en mi cabeza comenzaron a desvanecerse. Fue la cosa más extraña. Todo quedó en absoluto silencio y yo tuve que enfrentarme a algo que siempre había temido: como no tengo idea de dónde vienen mis ideas o cómo hago lo que hago o por qué suceden ciertas cosas en el mundo, siempre tengo miedo de que un día los hermanos decidan hacer las maletas, empacar sus pantalones de cuero y sus dagas y dejarme sin nada.
Cuatro días. La sequía duró cuatro días. Y como puedo ser bastante terca, no se me ocurrió qué podía estar pasando. Pero por fin caí en la cuenta, después de que casi me vuelvo loca por el silencio…
Ah, ¿no crees que estás tratando de manipular demasiado estas escenas sólo para ahorrar un poco de espacio?
En cuanto dejé de preocuparme por la extensión, todo volvió a fluir y los hermanos regresaron. ¿Moraleja? La regla número ocho se impone sobre cualquier otra preocupación que pueda tener. Cada historia exige cosas distintas, ya sea en cuanto al ritmo, la descripción, el diálogo… o la extensión. Lo mejor que puedes hacer es mantenerte fiel a lo que te has imaginado. No estoy diciendo que haya que ser inflexible durante las correcciones. En absoluto. Pero hay que ser brutalmente honesto en ese primer borrador, luego podrás preocuparte por editar las cosas después.
Pasando a otro tema… mucha gente me pregunta qué pasa con el padre de Butch. En concreto quieren saber si va a tener algún papel más adelante en la saga. La respuesta es no lo sé. Puedo ver un camino en el que quizá haya algunos lazos familiares interesantes, pero hay que esperar para ver. Sin embargo, estoy bastante segura de una cosa: el padre de Butch tiene que ser mitad vampiro. El macho tuvo que haber pasado la transición, aunque es capaz de soportar la luz del sol como Beth, o bien no pasó por el cambio y funcionaba en el mundo como un humano agresivo.
La otra pregunta que me hacen con frecuencia acerca del pasado de Butch tiene que ver con el resto de su familia y si él alguna vez se reencuentra con ellos. Esta respuesta sí la sé y es no. Butch se ha despedido de su madre, y sus hermanos y hermanas llevan años aislándolo. La única persona de su antigua vida que Butch extraña es José de la Cruz, aunque algo me dice que esos dos todavía tienen algo que decir.
Finalmente, de todos los libros, el que más tiende a gustarles a los lectores varones es el de Butch y eso realmente no me sorprende. Tiene muchas buenas escenas de pelea y la construcción del universo es más extensa que en algunas otras historias, donde el romance puede ocupar más espacio. Y algunos hombres han comentado que les encanta la idea de que exista una fuerza enorme dentro de ellos, una fuerza que sacuda el mundo y los ponga en una posición de poder, y gracias a la manipulación del Omega, ése es ciertamente el caso de Butch.
Además, los hombres creen que Marissa es ardiente.
Así que ésas son mis reflexiones sobre Butch. Ahora… vamos por V.
[Suspiro].
Vishous, hijo del Sanguinario
Vishous, ¿podrías quitarte esa sonrisa de la cara?
Estás empezando a enervarme.
Amante desatado, CAPÍTULO 46
Edad: 304.
Fecha de ingreso a la Hermandad: 1739.
Estatura: 1,97 m.
Peso: 117 kg.
Color del pelo: Negro.
Color de los ojos: Blancos, rodeados de un círculo azul marino.
Señales físicas particulares: Cicatriz de la Hermandad en el pectoral izquierdo; tatuaje en la sien izquierda; tatuajes en el área del pubis y los muslos; nombre Jane grabado en los hombros en Lenguaje Antiguo. Parcialmente castrado. Siempre usa un guante negro en la mano derecha. Tiene perilla.
Nota: Es hijo biológico de la Virgen Escribana y lleva el resplandor que la caracteriza en la mano derecha, lo cual es una poderosa fuente de energía, capaz de causar terribles destrucciones. Puede prever el futuro. Posee poderes curativos.
Arma preferida: Su mano derecha.
Descripción: Al hablar con V en la fiesta, [a Bella] le pareció tremendamente agradable. Tenía la clase de agudeza que realzaba la sociabilidad de un vampiro de inmediato. Pero no era su única virtud: ese guerrero era completo. Sexy, inteligente, poderoso, la clase de macho que hacía pensar en tener bebés sólo para que les transmitiera sus genes.
Se preguntaba por qué llevaba siempre ese guante negro de cuero. Y qué significaban los tatuajes que tenía a un lado de la cara.
Amante eterno, CAPÍTULO 42
Compañera: Doctora Jane Whitcomb.
Preguntas personales (respondidas por V)
Última película que viste: Flicka, con Dakota Fanning.
Último libro que leíste: El secreto del viejo reloj, de Carolyn Keene.
Programa de televisión favorito: Las chicas de oro.
Último programa de televisión que viste: The Young and the Restless.
Último juego que jugaste: «Este dedito puso un huevito…».
Mayor temor: Estar a solas en la oscuridad.
Amor más grande: Tejer.
Cita favorita: «¡El avión! ¡El avión!».
Bóxer o calzoncillos: Calzoncillos.
Reloj de pulsera: Seiko de mujer.
Coche: No tengo coche. Me muevo en una Vespa.
¿Qué hora es en estos momentos?: 1.16 a. m.
¿Dónde te encuentras?: En la bañera.
¿Qué llevas puesto?: Espuma de jabón con aroma a coco y vainilla.
¿Qué clase de ropa hay en tu armario?: Telas de flores, nada de rayas (porque soy un poco hippy), zapatillas número 44 y una cómoda llena de ropa interior de encaje.
¿Qué fue lo último que comiste?: Una bolsa entera de trufas de chocolate negro de Lindt. Creo que voy a entrar pronto en mi período de fertilidad, porque siempre me dan antojos antes de eso.
Describe tu último sueño: Estaba en un campo de flores silvestres, corriendo libremente —no, mejor, retozando— con un unicornio que tenía la crin y la cola rosas. Tenía alas traslúcidas y una varita mágica e iba dejando por todas partes nubes de polvo de hadas.
¿Coca-Cola o Pepsi-Cola?: Orangina.
¿Audrey Hepburn o Marilyn Monroe?: Audrey, porque me gustaría ser ella.
¿Kirk o Picard?: Riker. Las perillas son tan atractivas…
¿Fútbol o béisbol?: En realidad, los deportes no me interesan mucho. En lo único en lo que puedo pensar es en la cantidad de ropa que hay que lavar al final, en todas esas horribles manchas de hierba y tierra. Horrible, de verdad.
La parte más sexy de una hembra: El cajón de su ropa interior.
¿Qué es lo que más te gusta de Jane?: La manera como me pinta las uñas.
Mejor amigo (aparte de tu shellan): Rhage. Definitivamente Rhage. Él es el vampiro más fuerte e inteligente que he conocido en la vida. Lo idolatro. De hecho, estoy fundando una religión para adorarlo, porque creo que todo el mundo debe saber lo perfecto que es.
Última vez que lloraste: Ayer. Ese malvado de Butch me robó las agujas de hacer punto y las escondió. Me hice un ovillo en la cama y lloré durante horas enteras.
Última vez que te reíste: Ayer, cuando…
En este punto la respuesta está tachada y debajo dice:
De hecho, fue hace diez minutos, cuando le di una paliza a Rhage por contestar a mi entrevista por mí, muchas gracias. ¡Es un imbécil! A continuación siguen mis verdaderas respuestas… Ah, y por cierto, Dakota Fanning no aparece en Flicka y lo sé porque miré la caja del DVD y NO porque haya visto la maldita película.
Última película que viste: El pelotón chiflado (gran película, Rhage es un maldito idiota, pero sabe de cine).
Último libro que leíste: El libro del gusanito, de Richard Scarry, a Nalla.
Programa de televisión favorito: CSI (Las Vegas, por supuesto) o House, si estás hablando de programas de ficción. Si no, SportsCenter.
Último programa de televisión que viste: Algún extraño episodio de Colombo con Butch (de hecho, me pareció bueno, pero no se lo digas).
Último juego que jugaste: Ponerle la cola al burro. Adivina quién era el burro…
Mayor temor: Ya no tengo temores. Ya viví lo más horrible que