el trabajo. Aquí Billy, que fue quien persiguió a Beth, está boca abajo, tirado en el suelo en su cuarto de hospital, y Butch le está leyendo sus derechos mientras le pone las esposas.
—¿Sabe quién es mi padre? —gritó Billy como si hubiera conseguido tomar aire durante un segundo—. ¡Él hará que le despidan!
—Si no puedes pagarlo, se te proporcionará uno. ¿Entiendes estos derechos que te he indicado?
—¡A la mierda!
Billy gimió y asintió con la cabeza, dejando una mancha de sangre fresca sobre el suelo.
—Bien. Ahora vamos a arreglar el papeleo. Detestaría no seguir el procedimiento apropiado.
Amante oscuro, CAPÍTULO 5
Definitivamente, Butch O’Neal era la clase de hombre que me gustaba: un renegado duro y salvaje que, aunque no siempre seguía las reglas, tenía su propio código de honor.
Además, era un fanático de los Red Sox, así que no hay más que decir.
Los héroes que aparecen en los libros de la Hermandad no son perfectos, todo lo contrario: por ejemplo, Wrath casi mata a Butch en Amante oscuro, Rhage es adicto al sexo, Zsadist era un sociópata misógino antes de conocer a Bella y Phury tiene un problema con el consumo de drogas. Sin embargo, lo importante es que, al lado de esos defectos, todos ellos tienen cualidades heroicas, y eso es lo que los vuelve atractivos.
Yo escribo sobre machos alfa. Siempre lo he hecho. No obstante, los hermanos son machos alfa con mayúsculas, si entienden lo que quiero decir. Tal vez una parte de mí está siguiendo la regla número dos (Escribe sin contenerte) y por eso todo en los libros de la Hermandad está llevado al extremo, también los héroes y sus actos. Pero en su mayoría esto se debe a la regla número ocho (Escucha tus propias ideas). Los hermanos que yo me imagino superan todas las expectativas, son hiperagresivos y, en mi opinión, absolutamente atractivos.
Butch encaja perfectamente con los otros héroes de la saga: tiene un pasado espantoso que lo ha convertido en la persona que es, además de que está lleno de defectos y también de virtudes. En cuanto a los comienzos de su vida, en la escena en que él le cuenta por fin a Marissa algo de su pasado salen algunos detalles (Amante confeso (capítulo 34). Desde el comienzo está claro que Butch se inclina hacia la autodestrucción debido al secuestro y asesinato de su hermana y que es un policía letal a causa de lo que él ve como su parte de culpa en ese crimen. Cuando Butch le cuenta a Marissa que consume drogas y le habla de la violencia en su vida y del hecho de que siempre se ha sentido aislado de todos los que lo rodean, queda muy claro lo importantes que son los hermanos y su mundo para él como persona: la mansión es el único lugar donde se ha sentido cómodo en la vida y no quiere quedarse al margen del mundo de los hermanos, como si fuera un paria. (Si pensamos en John y Beth, vemos que el caso de Butch es muy similar en ese sentido. Los tres siempre han sentido que hay algo que los separa de los humanos que los rodean, pero desconocen la razón de esa sensación).
Desde el punto de vista de los personajes, yo era consciente de que, para Butch, la necesidad de formar parte de algo y ser honesto con un yo interno que apenas podía dilucidar eran aspectos claves de su desarrollo. Y desde la perspectiva de la historia, sabía dos cosas sobre él: que iba a terminar con Marissa y que el destino de Butch y el de V estaban íntimamente ligados. En mi imaginación, Marissa era la heroína perfecta para él, refinada, toda una dama, increíblemente hermosa, alguien que él podía poner en un pedestal para adorarla y reverenciarla. Y en cuanto a la relación con V… bueno, más tarde hablaremos sobre eso.
Como ya he dicho, originalmente la historia de amor de Butch y Marissa iba a ser uno de los grandes argumentos secundarios de Amante eterno, pero exigían tanta atención que saqué sus escenas y las dejé aparte. Cuando terminé el borrador de Amante despierto, mi editora y yo discutimos acerca de cuál era el libro que seguía. Yo quería hacer el de Butch, pero ella me dijo que era mejor continuar con los hermanos que eran vampiros y yo estuve de acuerdo. Lo cual significaba que el siguiente era Vishous (porque a esas alturas Tohr ya había desaparecido, John Matthew todavía no había pasado la transición y el libro de Phury no podía salir antes de que Bella hubiese dado a luz).
El problema es que cuando comencé a hacer el bosquejo de V, me di cuenta de algo que ya sabía desde Amante oscuro: no había manera de hacer el libro de Vishous antes que el de Butch. La relación de V con el policía y las emociones que éste sentía por el humano fueron los elementos que lo abrieron emocionalmente para poder enamorarse. Para poder volverse vulnerable hasta el punto de poder enamorarse, V necesitaba asumir sus sentimientos hacia Butch y eso no podía suceder en un solo libro por un par de razones. En primer lugar, en mi escritura trato de mostrar o sugerir todo lo que puedo (en lugar de contarlo literalmente), así que el libro de V habría quedado lleno de escenas entre él y Butch, en especial al principio; lo cual sería peligroso, porque se corre el riesgo de desequilibrar el argumento (es decir, una cantidad de escenas de Butch/V, V/Butch, Vishous y Butch… y luego cambiar repentinamente a escenas de una hembra y V, V/una hembra, Vishous y una hembra). Además, si Butch no tenía una relación amorosa estable, Vishous no podría alejarse de él lo suficiente como para encontrar el amor; para lograr que V se involucrara realmente con su heroína, Butch tenía que estar felizmente comprometido con Marissa.
Sin embargo, de todas maneras traté de hacer el esbozo del libro de V. Lo intenté con todas mis fuerzas.
Pero no funcionó.
Después de un par de semanas de darme en la cabeza, decidí seguir la regla número ocho (Escucha tus propias ideas) y llamé a mi editora con el consabido tono de Houston-tenemos-un-problema. Cuando le expliqué el asunto, ella entendió y accedió. Y ésta es sólo una de los millones de razones por las cuales la idolatro: ella entiende lo que me sucede con los hermanos.
Así que Butch fue el siguiente. Y, caramba, hablando de giros inesperados…
Cuando comencé a hacer el bosquejo de Butch, todavía no sabía nada sobre la Profecía del Destructor, ni sobre el papel transformador que tendría el policía en la guerra con la Sociedad Restrictiva. Pensé que el núcleo del libro iba a ser la regresión de los ancestros y el hecho de que Butch fuese inducido a llegar al cambio.
Pero… no.
Después de retomar las escenas que ya había escrito sobre la forma en que se enamoran él y Marissa y hacer el bosquejo de las otras cosas que veía en mi cabeza, quedó claro que faltaba algo. El libro sencillamente no era tan grande como yo presentía que sería.
Lo pensé mucho. Me angustié. Lo pensé un poco más… y luego tuve la visión del Omega cortándose un dedo y poniéndolo dentro del abdomen de Butch.
De hecho, cuando el Omega toma el cuchillo y se corta, vi la imagen y escuché un sonido como el de quien parte una zanahoria.
¡Ay!
Después de eso, todas las escenas fueron apareciendo en mi cabeza como una cascada. Mientras seguía la historia, fue fascinante ver cómo las escenas originales se iban modificando. Por ejemplo, yo había imaginado que Butch y Marissa se reencontraban en la clínica, pero de repente él estaba en cuarentena y las consecuencias eran mucho, mucho más graves. Así que no hubo grandes cambios de contenido por sí mismos, sino en cuanto a las implicaciones para el universo de la Hermandad.
El gran tema del libro es la transformación y, con respecto a Butch, me encantan las tramas paralelas de su historia. Tanto el bien como el mal lo transforman: primero cuando el Omega lo atrapa y luego cuando inducen su cambio y sale a flote su naturaleza vampira. Es como si la Sociedad Restrictiva y la Hermandad estuvieran luchando por controlar el destino y el alma de Butch, y por un momento no se sabe quién ganará. Después de haber salido Butch de la cuarentena, pasa un tiempo en el que ni él ni los hermanos están seguros de si ha sido convertido en restrictor o qué es exactamente lo que él hace cuando inhala a un restrictor.
Lo que más me gusta del final de Butch en términos del universo de la Hermandad es que él es uno de los luchadores más importantes de la guerra, uno de los que definitivamente cambian la situación en contra del Omega, porque amenaza al mal directamente. Los hermanos llevan siglos atrapando restrictores, pero Butch logra hacerle un daño real al ser finito del Omega cada vez que emplea su talento. Creo que ése es un gran final para el policía. Le brinda un lugar donde, aunque no posee la sangre pura de la Hermandad, se convierte en alguien tan importante como los demás en la guerra para proteger a la especie.
Y Butch no es el único que cambia. Marissa también pasa de ser una hembra enclaustrada de la glymera a ser alguien que tiene su propia vida.
De todas las hembras de la serie, creo que Marissa es, probablemente, la que más se parece a mí, porque yo también vengo de un medio conservador y tradicional y he tenido que romper unos cuantos moldes y expectativas para ser la persona que soy de verdad. Esa escena, al principio de Amante confeso (capítulo 1), en la que ella tiene un ataque de pánico en el baño, durante la fiesta en casa de su hermano, muestra claramente lo que significa el hecho de que pertenezca a la glymera. Marissa ha sublimado tantas cosas de su vida y ha aceptado durante tanto tiempo cargas que no ha elegido voluntariamente, que está llegando al punto de ruptura.
Con frecuencia me preguntan si hay en los libros elementos de mi vida y mi historia personal y si pongo en las historias a gente que conozco. Soy muy reservada y separo mi vida privada de mi escritura con mucho celo; odiaría pensar que algunos de mis amigos o parientes se sintieran utilizados por mí. Pero una vez dicho eso, definitivamente algunas de las cosas que suceden en los libros sí son fruto de mi experiencia personal. Por ejemplo, siendo alguien que ha tenido ataques de pánico, la escena de Marissa en ese baño despertó muchos ecos en mí. No puse la escena en el libro porque quisiera revelar algo de mi historia personal, pero sí sentí simpatía por mi heroína, en el sentido en que te sientes identificado con alguien que ha pasado por lo mismo que tú.
Para Marissa, el verdadero punto de ruptura como individuo tiene lugar cuando quema todos sus vestidos en el jardín. Pensé que ésa era una estupenda manera de marcar de manera simbólica su ruptura con la tradición:
Le llevó sus buenos veinte minutos arrastrar cada uno de sus trajes y vestidos hasta el patio. Tuvo mucho cuidado en incluir los corsés y los chales. Cuando terminó, los montones de ropa parecían fantasmas a la luz de la luna, mudas sombras de una vida a